Olvidar es una acción involuntaria que consiste en dejar de recordar, o de guardar en la memoria, información adquirida. A menudo el olvido se produce por el "aprendizaje interferente", que es el aprendizaje que sustituye a un recuerdo no consolidado en la memoria, y lo "desaparece" de la conciencia. Debemos recordar que uno recuerda que ha olvidado algo, es decir que sabe que tenía un conocimiento que ya no está allí, por lo tanto los recuerdos olvidados no desaparecen, sino que son sepultados en el inconsciente.
Fuera del olvido normal (por aprendizaje interferente), existen otros tres tipos de olvido, que se pueden clasificar en otros 3 grandes grupos (serían cuatro con el olvido normal): olvido traumático, psicológico y fisiológico. El olvido traumático es amnesia causada por golpes en la cabeza, que pueden generar amnesias de distintos tipos, por ejemplo: olvidar lo anterior al golpe o la desaparición de recuerdos periódicamente etc.
El olvido psicológico, vendría a ser el olvido que es causado por una alteración del funcionamiento psíquico normal. Ejemplo: una enfermedad psicológica, hipnosis, etc. Es el olvido que puede tener una persona que padece de esquizofrenia, o el de alguien que no recuerda lo sucedido durante una sesión de hipnosis. El olvido fisiológico es causado por problemas en el desarrollo de ciertas partes del cerebro o sistema nervioso, ejemplo: una formación incompleta del sistema límbico. Un caso común de este tipo de problema es cuando un paciente no tiene recuerdos claros de su niñez.
Existe también el olvido causado por el uso de psicotrópicos (sustancias que alteran el funcionamiento normal del cerebro), pero este no es natural, y no entra en los 4 grandes tipos de olvido. Una persona bajo los efectos de ciertos fármacos puede no ser capaz de recordar algunos eventos.
Y por último, existe el olvido deseado, éste és el más preferido por personas que no tienen la conciencia muy tranquila, y prefieren olvidar algunos recuerdos feos para esconder a su propia moral y autoconvencerse de que en realidad no son tan malas personas, piensan, actúan, hasta incluso se permiten definirse como inteligentes, pero, personalmente, creo que realmente son cobardes.
Se tachan de liberales y defienden valores tales como la sinceridad, aunque luego, en lo que respecta a su persona, no lo son en lo más mínimo, se mienten a ellos mismos, y a sus más cercanos, aunque pienso que, en realidad, los que más cercanos están o han estado, no lo éran ni por asomo, eran como simples comodines con los que no se podían aburrir.
Pero tranquilos, esto no lo va a leer nadie. Solo es una reflexión que hago ahora y que tendría que haber hecho hace mucho tiempo y que hoy la hago porque me he sentido molesta y una vez más ocultada y olvidada.
Un beso.